El programa de Parole Humanitario ha sido suspendido temporalmente, en consecuencia desde mediados del mes de julio no se han aprobado más permisos de viaje y el proceso quedará pausado hasta nuevo aviso.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de los Estados Unidos ha anunciado que se suspende temporalmente el programa de parole humanitario que permite la admisión de hasta 360,000 personas al año provenientes de Haití, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Esta medida afecta a aquellos que buscan trabajo o asilo en el país.
La administración Biden anunció la pausa tras un informe interno que señaló posibles casos de fraude. El programa, conocido como "parole", es fundamental en la estrategia del gobierno para reducir los cruces ilegales en la frontera sur al proporcionar un camino legal para que los migrantes entren al país. Sin embargo, los funcionarios del DHS decidieron detener el proceso de admisión de los nuevos solicitantes mientras se implementan controles de seguridad adicionales para los residentes en EE.UU. que actúan como patrocinadores.
El Departamento de Seguridad Nacional se toma muy en serio cualquier abuso de sus procesos y que, por precaución, han pausado temporalmente la emisión de autorizaciones de viaje avanzadas para nuevos beneficiarios. El objetivo es revisar las solicitudes de los patrocinadores y reanudar el procesamiento de aplicaciones lo antes posible, con las salvaguardias adecuadas.
A pesar de la pausa, el DHS aclaró que los casi 500,000 beneficiarios ya admitidos bajo el programa no se verán afectados, ya que han pasado por verificaciones de antecedentes. La suspensión comenzó a mediados de julio, después de que un informe interno detectara problemas como múltiples solicitudes de un solo patrocinador. Actualmente, las solicitudes para el programa de "parole" aún se aceptan en línea, pero no se están aprobando temporalmente.
El programa de "parole" se inició en 2022 para Venezuela y se expandió el año pasado para incluir a Haití, Nicaragua y Cuba. La iniciativa busca proporcionar una vía legal para que los migrantes ingresen a Estados Unidos en lugar de arriesgar sus vidas en peligrosos viajes a la frontera sur. Los beneficiarios del programa pueden permanecer y trabajar en Estados Unidos hasta por dos años, siempre y cuando cuenten con un patrocinador que los apoye financieramente y ambos pasen las verificaciones de antecedentes.
Aunque el programa ha sido calificado como un éxito inmediato por funcionarios federales y ha contribuido a una disminución significativa en los cruces ilegales, ha enfrentado críticas. Legisladores republicanos y grupos que abogan por la reducción de la inmigración han expresado preocupaciones sobre el proceso de verificación y la alta tasa de aprobación de solicitudes, que fue del 98% en el primer año.
El DHS no ha especificado cuánto tiempo durará la pausa, pero se espera que no sea prolongada. Mientras tanto, la administración Biden continúa defendiendo el programa, resaltando su eficacia para gestionar la inmigración de manera ordenada y segura.
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